Perros de Asistencia, Perros de Terapia y Perros de Apoyo Emocional
- 13 jul 2019
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Los perros de asistencia son aquellos que trabajan para ayudar a personas con discapacidad física en general : personas en silla de ruedas, personas invidentes, personas con problemas de equilibrio, personas con problemas de audición etc. La definición más generalizada de estos perros es la siguiente: “Aquel perro que ha sido adiestrado para auxiliar a las personas con discapacidad física en el desarrollo de las labores propias de la vida cotidiana, tanto en su entorno privado como en el entorno externo.”

Los perros de asistencia son los ojos, los oídos y las manos de quienes tienen algún tipo de discapacidad, enfermedad, o cualquier otro problema que requiera de apoyo, por lo que la crianza y el entrenamiento de estos animales se ha vuelto imprescindible para la sociedad. A una persona que viaja con un perro de asistencia no se le puede negar la entrada a ningún establecimiento ni transporte público, incluso si existe política explícita de “no se permiten mascotas”.
El tipo de entrenamiento que se les inculca a estos perros comienza desde cachorros.
Una fase fundamental del entrenamiento comienza en la etapa de cachorro, de ahí la importancia del papel que desempeñan las familias que se deciden a acoger en su hogar al que será un futuro perro de asistencia.
Es lo que se conoce como período de socialización, que abarca desde las 8-10 semanas de vida hasta que el perro cumple el año. El objetivo es que el animal conozca y se acostumbre a los ruidos, los olores, el trato con adultos y niños, la calle, la casa..., y aprenda a integrase en la sociedad, para evitar miedos o futuros problemas de comportamiento. Posteriormente se realiza su adiestramiento específico , dependiendo de para qué tipo de discapacidad se vaya a preparar al perro. Por supuesto este adiestramiento siempre se lleva a cabo en positivo, nunca obligando al animal. Una vez que el perro de asistencia se ha entregado al usuario que lo solicita, ambos deben hacer un ejercicio de adaptación y practicar juntos todo lo aprendido. El dueño también deberá entrenarse para entender a su fiel compañero y saber recompensarle por los ejercicios bien hechos. Es un aprendizaje mutuo que nunca termina. Durante el tiempo que dura la convivencia entre el usuario y el perro, se continúan las revisiones con sus entrenadores para poder detectar a tiempo relajaciones en las rutinas, o ejercicios que deben ser reforzados.
Un perro de terapia , sin embargo, es aquel que interviene dentro de un programa terapéutico tanto en el ámbito de la salud como en el educativo, buscando mejora concreta en diferentes áreas. En este caso el perro , no convive con la persona que se beneficia de sus servicios.

Para poder hablar de terapia Asistida con Animales tienen que existir unos objetivos de mejora, establecidos antes de comenzar el programa y deben ser evaluados por profesionales. En el caso de que no existan dichos objetivos ni una evaluación o continuidad periódica, hablaríamos de Actividades Asistidas con Animales, donde los objetivos principales son lúdicos.
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Antes de entrenar a un perro de terapia, debemos hacer una buena elección. Deben ser ejemplares fiables, equilibrados, que posean un comportamiento predecible, que sean controlables (con una buena obediencia), que resulten adecuados para una determinada tarea y que tengan capacidad de inspirar confianza. Durante el entrenamiento de un perro de terapia, se determina si el perro está disfrutando de su participación en las Intervenciones Asistidas con perros y además se debe asegurar en todo momento su bienestar.
Los perros de apoyo emocional, son perros que no necesariamente tienen un entrenamiento específico, como reciben los perros de terapia. Para que un perro sea considerado como Animal de Apoyo Emocional lo que se necesita es demostrar que su presencia es necesaria para la salud mental de su dueño o para la terapia que esté siguiendo, según haya dictaminado algún profesional médico.

El perro , en este caso, sólo necesita saber comportarse en público y no resultar un incordio o una amenaza para las demás personas.
Los animales de soporte emocional ayudan por ejemplo a las personas que tienen miedo a volar en avión. Hoy casi todas las líneas aéreas del mundo aceptan en sus vuelos a pasajeros acompañados de sus mascotas de soporte emocional pues saben que les ayudan a superar su miedo a volar.
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